El Lago de la Casa de Campo tiene sus orígenes en los estanques que fueron construidos por orden de Felipe II en 1562. Estos estanques, diseñados por ingenieros y fontaneros venidos de los Países Bajos, eran considerados una joya de la Casa de Campo. A lo largo de los siglos, se conservaron varios estanques, utilizados tanto para recreo y embellecimiento como para la cría de peces.

Además de su función recreativa y estética, los estanques de la Casa de Campo también servían como reservas de peces destinados al consumo humano. Algunas especies de peces también se criaban con fines ornamentales. Los estanques también se utilizaban para la realización de obras de teatro y festejos para el monarca.

En la actualidad, solo queda un estanque en el Lago de la Casa de Campo, conocido como el Lago Principal. El último estanque, llamado el Lago Chico o de Patines, se desecó en los años sesenta del siglo pasado debido a que se había convertido en una ciénaga.

En el Lago de la Casa de Campo se pueden realizar diversas actividades, como pasear tranquilamente, disfrutar de las terrazas con restaurantes cercanos y apreciar el entorno natural. Es un lugar de interés histórico y ofrece la oportunidad de disfrutar de aire puro y tranquilidad.